Un poema sin sol
es como un niño sin casco
en una motocicleta.
Una voz sin valor
también es lo mismo.
No sé si te pasa que
en un día de sol y cielos llanos
te preguntas dónde estará la luna.
No sé si piensas en
el vacío que contienen los jarrones
en que es ese vacío lo que los hace jarrones.
Algo de eso dijo Lao Tzu
hace no mucho tiempo.
El vacío de los jarrones
y la luna escondida
¿qué tienen en común?
No sé cuánto piensas en
el tremendo valor del silencio
la valentía que guarda el silencio consciente
la valía que tiene el silencio creado
ese que se amasa con el corazón
y que se prepara a tiempo
cuando más se precisa
cuando se pide de todo menos silencio;
como una ceramista en su torno
con la arcilla mojándole los dedos.
Para hacer un jarrón, un cántaro, una vasija
con las manos
para dar forma al vacío
gentileza
mimo
cuidado
todo aquello que nace de
la fuerza del corazón.
Todo lo que una madre aprende
al cuidar de su hijo.
Y que los versos soleados lleguen por sí solos
y que la voz repose firme en su dulzura.
–Abril en Koh Tao, 2025
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