I.
Hace días soñé que yo era una rana que vivía con la cabeza asomada a la superficie de su charca. Miraba más allá del agua con mis ojos viscosos. Me sentía recogida, a salvo. También sentía, en el fondo, difuminada como una estrella pálida, una preocupación humana que no era mía. Como si viniera de un recuerdo de otra vida. O como si viniera de un sueño.
Estaba leyendo un poema del emperador destronado Li Ho Chu1, y lo he recordado.
¡Dolor inmensurable! Mi alma anoche, en sueños, era de nuevo rey. Como en días pasados, vagaba por el Palacio de las Delicias, y en mi sueño, por herbosas veredas se deslizaba mi carroza más rápida que un torrente en primavera Alumbraba la luna, florecían los árboles, y una dulce, perfumada brisa, suavizaba el aire de la noche. Porque la primavera había llegado.
–Li Ho Chu
II.
Tras la guerra de Vietnam, muchos vietnamitas intentaron escapar del régimen de su país en barcos, botes y pateras. Se los conocía como boat people.
Unas 800.000 personas llegaron a desembarcar a salvo en otros países.
Entre 200.000 y 400.000 personas murieron en la travesía. No sabemos cuánta gente murió. No sabemos quién es esa gente.
Thich Nhat Hanh, monje zen vietnamita del que ya te he hablado, tiene un poema maravilloso titulado Llamadme por mis verdaderos nombres. Una estrofa que no puedo olvidar de ese poema dice así:
Soy la niña de doce años refugiada en un pequeño bote, que se arroja al mar tras haber sido violada por un pirata, y soy el pirata, cuyo corazón es incapaz de amar.
III.
Me dijo mi amiga que se siente sola. Yo le pregunté por qué. Y ella me dijo que lo que le pasa es que está desencantada con el mundo.
–Yo no puedo parar de pensar en el sufrimiento –le dije.
–Me siento perdida –dijo girando sobre su espalda para mirarme a la cara–; quiero escapar y no sé a dónde.
Mi miedo es este, le dije, o simplemente lo sentí al ver sus ojos: que la soledad llegue a cubrirme la piel hasta separarme del mundo.
–Pero la piel y el cuerpo viven donde vive el mundo –creo que le dije.
–Se me ha metido un pelo en el chichi –dijo ella–; me pica mazo.
IV.
Algo comprendí de la naturaleza humana al leer Engranajes, de Ryūnosuke Akutagawa. Claro que no sabría ponerlo en palabras ahora.
La editorial Satori tiene una edición bellísima del relato. Un puñado de hojas cosidas en el lomo con un hilo y en la portada un dibujo de pocas líneas: dos mujeres desnudas y enredadas en un abrazo íntimo. Bellísima.
Lo recomiendo, es un gran relato.
V.
And true love waits In haunted attics And true love lives On lollipops and crisps
Traducción de Marcela de Juan (Ma Ce Huang) - Segunda antología de la poesía china (Alianza Editorial, Madrid, 2007)
Imagen del post: Portada del disco A moon shaped pool de Radiohead