Demasiada violencia: El chico se dedicó al arroz. Cocinaba en un pequeño puesto junto a una sala de billar. Asomaban sus tatuajes por el cuello, cocía hojas de batata, y mientras esperaba clientela, fumaba. Luego estaba la chica de la sonrisa rosa. Ella estudió lo que sus padres querían. Se escapó de su vida cuando ya era mayor. Se fugó de los horarios encadenados. Se vestía con ropas chillonas y oscuras. Se quiso llevar por el viento. Y el otro chico, ¿cómo se llamaba? No lo recuerdo.
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Un sello
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Demasiada violencia: El chico se dedicó al arroz. Cocinaba en un pequeño puesto junto a una sala de billar. Asomaban sus tatuajes por el cuello, cocía hojas de batata, y mientras esperaba clientela, fumaba. Luego estaba la chica de la sonrisa rosa. Ella estudió lo que sus padres querían. Se escapó de su vida cuando ya era mayor. Se fugó de los horarios encadenados. Se vestía con ropas chillonas y oscuras. Se quiso llevar por el viento. Y el otro chico, ¿cómo se llamaba? No lo recuerdo.