Yo fui un ente eidético, como tú, como tantas y tantos otros. Déjame que te explique. Cuando era niño el mundo era diferente. Diría que el mundo era un continuo limitado por lo que conocía, un continuo encapotado, digamos, rodeado de niebla, y la niebla era el vacío para mí, lo que yo no conocía no existía, hasta que se iba descubriendo. Todo era un arroyo que nacía y terminaba en sí mismo. Así entendía yo el mundo.
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Esfinges bajo el agua
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Yo fui un ente eidético, como tú, como tantas y tantos otros. Déjame que te explique. Cuando era niño el mundo era diferente. Diría que el mundo era un continuo limitado por lo que conocía, un continuo encapotado, digamos, rodeado de niebla, y la niebla era el vacío para mí, lo que yo no conocía no existía, hasta que se iba descubriendo. Todo era un arroyo que nacía y terminaba en sí mismo. Así entendía yo el mundo.